Lugares abandonados

Lugares abandonados
Choza abandonada en un Lago de Alemania

martes, 8 de diciembre de 2015

(Alex) FUENTE PRISMATICA

La zona oeste de Norteamérica fue una zona que tardó mucho en ser poblada, sobre todo si lo comparamos con las populosas costas Oeste y Sur. La historia, prácticamente se ha centrado en la explosión de la fiebre del oro, con la consecuente colonización de California. El descubrimiento y exploración de los desconocidos parajes al norte, si bien no trajo una gran avalancha de aventureros, sí que expusieron ante los ojos del hombre cosas con las que jamás había soñado.
Osborne Russell llegó al Territorio de Oregón en 1834 como un miembro más de la expedición de Nathaniel Jarvis Wyeth. A su llegada no era más que un mediocre montañero, y pese a que su misión junto a la expedición era la caza de animales, fundamentalmente castores, para tomar sus pieles y venderlas luego en el este, con el paso de los años se convirtió en el hombre clave en la exploración de lo que a día de hoy conocemos como Yellowstone.

I: Gran Fuente Prismática (Yellowstone)
Podría recordar cuando descubrió alguno de los muchos géiseres y grandes cataratas, o simplemente homenajearle por su memorable labor para la creación una reserva natural en Yellowstone, pero me quedaré con un atípico día del verano de 1839. Osborne Russell, tras haber pasado el 4 de Julio en al lago Jackson junto a sus compañeros de cacería, decidió seguir con ellos el curso del río Snake para regresar al Fort Hall. En su afán aventurero, en vez de seguir por el camino que ya conocía, dejó la ribera del río para atravesar el Valle Hayden, donde Osborne Russell se encontró uno de los mayores espectáculos que jamás alguien se haya encontrado de forma fortuita.
Se trataba de un lago hirviendo, como muchos otros de la zona. La intensidad del azul en el centro era llamativa, así como su tamaño de más de 90 metros de diámetro. Pero lo más sorprendente se encontraba a la orilla de aquel peculiar lago. Como si de un arco iris atrapado en la orilla se tratase, una gran variedad de colores se sucedían en las zonas menos profundas.


El vapor que salía de él era de tres colores distintos. Desde el lado este, y ocupando un tercio del diámetro, era blanco. En el medio era rojo pálido, y la tercera parte restante al este era azul cielo. Si era un estado peculiar de la atmósfera, o eran propiedades químicas del agua… soy incapaz de determinarlo, así que dejaré la explicación a algún turista científico que explore este lugar en el futuro.
— Osborne Russell
Russell se quedó impresionado con este espectáculo de la naturaleza, aunque todo apunta que no pudo disfrutar de él plenamente, ya que su descripción se queda corta en comparación con las que llegaron años más tarde. Aquel día de verano, Osborne Russell se había convertido en la primera persona en avistar La Gran Fuente Prismática de Yellowstone. Pasarían 32 años hasta que la Expedición Hayden regresara a este lugar, y por fin se comenzasen a investigar las causas de tal espectáculo.
La Gran Fuente Prismática, Grand Prismatic Spring, está asentada en un montículo de caliza en el parque de Yellowstone. Su tamaño, 90 metros de diámetro y hasta 50 de profundidad, lo convierten en las aguas termales más grandes del parque de Yellowstone y las terceras más grandes de la Tierra, emitiendo una cantidad de vapor equivalente a más de 2.000 litros de agua por minuto.

II: Gran Fuente Prismática (Yellowstone)
Pero sin duda, lo más fascinante son sus colores, desde el azul intenso del centro del lago hasta el rojo de la orilla, pasando por verdes, amarillos y naranjas. La explicación de este gran espectáculo visual la tenemos en la biopelícula existente en el lago. La Gran Fuente Prismática posee bacterias termales que producen distintos colores que van del verde al rojo, dependiendo de la relación de clorofila y carotenos, la cual varía en función de la temperatura.
El centro del lago, a causa de su elevada temperatura, no habita ninguna bacteria. Esto, unido con la gran profundidad del lago, permite que podamos disfrutar del color azul del agua. A medida que nos acercamos a la orilla, la temperatura va disminuyendo, y las bacterias van apareciendo y variando paulatinamente el color, de verdes a rojos. Por si esto no fuera poco, a causa de las variaciones de temperaturas a lo largo del año, la propia fuente prismática se muestra más verdosa o más rojiza.
La única pega de este gran espectáculo es que únicamente se puede disfrutar en su máximo esplendor si se sobrevuela, ya que las altas temperaturas impiden tomar un baño en él, y la continua ebullición impiden que se pueda apreciar la impresionante gama de colores existente en toda su extensión.



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